El querer conocer con precisión dónde nos encontramos, no es un capricho nacido en los últimos siglos.
Actualmente nuestro
avance tecnológico, nuestra cultura y conocimientos, han hecho posible que
cualquier ser humano que posea un Smartphone en su bolsillo, pueda encontrar de
forma inmediata su posición. Pero aunque nos parezca maravilloso, también lo es
el poder situarnos a través de las estrellas como hacían nuestros antepasados
con el uso del Astrolabio.
El Astrolabio,
buscador de estrellas, se inventó en el 150 a.C. y se atribuye a
Hiparco. Este instrumento se utilizaba fundamentalmente para calcular y
predecir las posiciones de objetos celestes, determinando nuestra posición
norte-sur sobre la tierra, claro está dependiendo ésta, de la habilidad en
el conocimiento de las trayectorias de los astros.
Con el paso de los años, en el s. XVIII, el astrolabio se
empezó a utilizar en grandes travesías por mar, por lo que se adaptó para
obtener la latitud de forma sencilla, desarrollando un Astrolabio marinero,
capaz de medir la altitud meridiana de un objeto celeste.
Con este dato y con
los libros de tablas que indicaban la declinación del sol en el día y de las
principales estrellas en las mediciones nocturnas y según fechas, se obtenía la
latitud de nuestro posicionamiento.
!!Mucho más complicado que darle a un botón¡¡, ¿verdad?
Si queréis conocer más sobre su uso, os dejo un video
fascinante en el que nos explica de forma resumida algunas de sus utilidades:
Hoy en día, ya no miramos al cielo en busca de estrellas,
sino más bien buscamos en el cielo satélites, a través de los cuales nos darán
la situación exacta en longitud y latitud de nuestro posicionamiento. Con estas coordenadas y con el uso de nuestro Smartphone nos
dirán de forma inmediata: ¡está usted aqui!
Con las nuevas tecnologías, ganamos
en rapidez, precisión y exactitud, pero perdemos una percepción palpable de
nuestra relación con el universo.