Un blog sobre Cartografía, Topografía, Propiedad y Catastro. "Los mapas son los ojos de la historia". Mercator (1512-1594)
martes, 31 de diciembre de 2019
jueves, 8 de agosto de 2019
¿CÓMO SE ORIENTABAN LOS VIKINGOS?
Tarde de verano, regresando del final de una larga jornada de trabajo, un
pinchazo en la rueda del coche, hizo que conociera algo tan curioso y enigmático
como la orientación de los vikingos.
No me podría imaginar,
que esa tarde cansada y agobiada por llegar tan tarde después de horas de
medición, iba a tener un relato tan enriquecedor y entretenido por parte del
conductor de grúa, un aficionado a la navegación y a la historia ¡qué sorpresa!
Fue en ese momento
cuando supe lo que era el Espato de Islandia: la piedra solar de los vikingos.
Todos sabemos que los
vikingos navegaron, recorrieron y dominaron el atlántico sin conocer la brújula
magnética. Los días eran en ocasiones noches perpetuas y los cielos estaban continuamente
cubiertos. Con este escenario ¿cómo fueron capaces de recorrer miles de
kilómetros en barco surcando el océano?
Según los últimos estudios realizados, todo fue gracias a la llamada “piedra
solar” tal como se relataba en las sagas (relatos mitológicos mezclado con
historia real) de los vikingos, aunque hoy en día se sabe que no es ninguna
piedra, sino es un mineral llamado Espato de Islandia que cambia de color
cuando toca un rayo de sol o reacciona haciendo parecer un punto luminoso en su
superficie, ¿magia?, no ciencia.
Este mineral, calcita,
al igual que otros minerales de estas características, es capaz de polarizar la
luz y tal como se ha demostrado en la revista 'Proceedings' de la Royal
Society de Londres, con este tipo de
cristal es posible determinar la posición del sol con precisión y con un margen
de error de un grado, incluso al anochecer y en las condiciones meteorológicas
más adversas.
Lo fascinante
esta piedra se debe al efecto de la polarización. Cuando la luz del sol llega
hasta la piedra debido a la estructura cristalina de la calcita se divide en
dos. Incluso cuando el Sol está tapado.
¿Pero
cómo usaban este mineral los vikingos?
Aún todavía
está en investigación, pero arqueólogos húngaros descubrieron hace 70 años en un
convento de Groenlandia del s. XI el disco de Uunartoq, pieza necesaria
junto con dos minerales de Espato de Islandia y un palo con los que se podía
reproducir un tenue patrón luminoso con el que triangular la posición del sol.
Todo por encontrar nuevas tierras donde asentarse o simplemente conseguir
aquel bien tan preciado. La aventura de descubrir.
Más información:
La «piedra solar», el secreto mágico de los vikingos para descubrir Américajueves, 30 de mayo de 2019
MAGALLANES: 500 AÑOS DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO
Ilustración del viaje
de Magallanes y Elcano. DeviantART by ~JCSnoop
Cuando aparece el nombre de Magallanes en mi mente, brotan imágenes de
navegantes en mitad de un océano embravecido con barcos que se mecen como
cáscaras de nueces ante la gran tormenta que ilumina la inmensidad oscura de la
noche.
Hernando de Magallanes, navegante, militar,
explorador y marino, además de estudiar cartografía, era originario de Portugal.
Perteneciente a una familia noble portuguesa, tuvo la convicción de la
existencia de una ruta alternativa para llegar a Oriente a través del océano
atlántico.
Para poder demostrarlo, convenció de su proyecto a
la monarquía española que financió la expedición. Carlos I necesitaba encontrar
otra vía que le diera la posibilidad de
comerciar con las especias ya que la costa africana estaba en manos de los
portugueses.
El 20 septiembre de 1519 zarparon de Sanlúcar de
Barrameda (Cádiz) 5 naves con 270 hombres, entre ellos Juan Sebastián Elcano,
en busca de la isla de Las Especias hacia el Oeste, tal como trató de encontrar
Colón.
Dirección Sur oeste, llegaron a la Bahía de San
Julián (Patagonia) donde pasaron un duro invierno lleno de conspiraciones y
sublevaciones, además de hambruna, desesperación y pérdida de dos de las cinco
naves.
Atravesaron con grandes complicaciones el estrecho
que les permitió pasar del océano atlántico al océano pacífico. Un mes les costó
atravesarlo, pero la audacia y la pasión hicieron que el viaje continuara
dirección norte llegando a unas islas, denominadas hoy en día Filipinas.
El destino no quiso premiar a Magallanes con el
tiempo suficiente para poder encontrar con lo que hacía 1 año partió de España.
En una de las luchas con los indígenas, cayó herido y murió. Murió con él su
sueño e ilusión. Murió con él su proeza para ser el primero en dar la vuelta al
mundo. Este honor le correspondió a Juan Sebastián Elcano, capitán de una de
las naves, quien completó ese sueño, regresando un 6 de septiembre de 1922 de
nuevo a España.
Una sola nave, la Nao Victoria, dieciocho
supervivientes y un cargamento de especias.
¿No temían a la muerte? ¿Qué les llevaba a tan
peligroso hazaña? ¿Dinero, poder o encontrar su sueño?
La Iglesia dice que la Tierra es plana, pero yo sé
que es redonda porque veo su sombre en la Luna y tengo más fe en la sombra que
en la Iglesia. Hernando de Magallanes (1480-1521).
domingo, 13 de enero de 2019
JUAN DE LA COSA: EL CARTÓGRAFO QUE PROYECTÓ AMÉRICA COMO ÚNICO CONTINENTE
Siempre me han maravillado las historias de los antiguos cartógrafos que surcaban las aguas en
busca de nuevas tierras que descubrir, viajes llenos de peligros y aventuras
donde la pasión sobrepasaba a la razón.
Hace poco,
realizando unos trabajos en El Puerto de Santa María (Cádiz), paseando por sus
calles, encontré un mural en conmemoración a Juan de la Cosa. Así que con este
casual tropiezo, decidí abrir el blog este 2019.
Juan de la Cosa, fue
un navegante y cartógrafo que nació en Santoña (Cantabria) entre los años 1450-1460,
en una familia de marineros. En el año 1488 es destinado a Lisboa como espía de
los Reyes Católicos teniendo como objetivo recopilar información de los marinos
portugueses, hasta que descubierto y perseguido, huye de nuevo a España.
Después de esta primera aventura, Cristóbal Colón, en su primera expedición (1492) a las
“nuevas tierras”, lo escoge como navegante y cartógrafo en el Navío de Santa
María, que naufraga, tensando la relación entre Colón y de la Cosa.
A pesar de estas
discrepancias, en 1499 Juan de la Cosa es nombrado piloto de la segunda
expedición con Alonso de Ojeda. Ésta marcará un antes y un después
para la vida de la Cosa, ya que es donde descubrirá para la Corona española la región, llamada hoy,
Venezuela, en la desembocadura del Orinoco y el Cabo de Vela y a su
regreso, da a conocer la “Carta-mapamundi”, en la que ilustra todo lo vivido y visto entre las dos expediciones realizadas y los descubrimientos
realizados por potugueses y españoles como: Colón, Pinzón, Ojeda, Juan Caboto y
Vasco de Gama.
En este mapa del
Nuevo Mundo, encargado por los Reyes Católicos y realizado en El Puerto de
Santa María, Juan de La Cosa une América, que hasta entonces se pensaba que
eran dos tierras separadas. América, a partir de entonces, pasa a ser sólo
un continente.
Juan de la Cosa,
como cartógrafo y navegante apasionado, regresa de nuevo en otra expedición de
Rodrigo Bástidas al Cabo de Vela y Darién en la que se consiguió gran cantidad
de oro y por ello es nombrado alguacil
mayor de Urabá.
Sigue trabajando
para los Reyes Católicos, en concreto para la Reina Isabel, siendo de nuevo
espía y realizando nuevas expediciones, hasta que en el año 1510 realiza otra
expedición hacia las costas de Cartagena de Indias con Alonso de Ojeda.
Allí Juan de la Cosa
encontrará su muerte. En el afán de Ojeda de colonizar más zonas, se
dirigen hacia las tierras de Turbaco. Sorprendidos por los indios, Juan de La
Cosa es alcanzado por una flecha envenenada. Murió el 28 de febrero de 1510 en
la actual Colombia.
A los 50 o 60 años de
edad, este cartógrafo que no dudó en exponer su vida fuese por dinero o por pasión, nunca lo sabremos, pero lo que sí es cierto es que gracias a estas
peligrosas expediciones realizadas por enormes navegantes y entusiasmados cartógrafos, que nos revelan joyas que sin ellos no
hubiera sido posible.
Los mapas son los
ojos de la historia, como dijo Mercator y los cartógrafos sus manos.
Documentación: Biografía de Juan de la Cosa, otras biografías