Hace poco, en un exposición muy interesante sobre mapas antiguos encontré
el símbolo de la Rosa de los Vientos dibujada en las esquinas superiores,
actualmente casi sustituido por el típico Norte magnético de los planos de hoy en día.
Bellos mapas con las Rosas, que no sólo servían a los navegantes para encontrar su rumbo persiguiendo la dirección de los vientos, sino que con sus trazos de artistas componían un cuadro digno de
enmarcar como una gran obra de arte.
Con el tiempo, estos puntos de dirección fueron insuficientes para poder
navegar, por lo que se optó en dividir aún más esta circunferencia, llegando a
los 32 puntos que actualmente conocemos.
La Rosa de los Vientos más antigua que se
conoce y en la que sobre el Norte está dibujada una Flor de Lis, data del s.
XV, encontrándose en la carta naútica del navegante portugués Pedro Reinel.
Ya sabemos a qué se debe el nombre de los Vientos, pero ¿por qué se le llama
también Rosa?. Se piensa que es por su gran parecido a una Rosa, y si lo observamos
detenidamente, en cierta forma es así.
La Rosa de los Vientos, nos muestra qué dirección coger, ya sea al
tramontano o al mediodía, poniente o al levante. Decidamos qué rumbo poner,
extendamos las velas y como un navegante del s. XV busquemos el viento más favorable.