Ilustración del viaje
de Magallanes y Elcano. DeviantART by ~JCSnoop
Cuando aparece el nombre de Magallanes en mi mente, brotan imágenes de
navegantes en mitad de un océano embravecido con barcos que se mecen como
cáscaras de nueces ante la gran tormenta que ilumina la inmensidad oscura de la
noche.
Hernando de Magallanes, navegante, militar,
explorador y marino, además de estudiar cartografía, era originario de Portugal.
Perteneciente a una familia noble portuguesa, tuvo la convicción de la
existencia de una ruta alternativa para llegar a Oriente a través del océano
atlántico.
Para poder demostrarlo, convenció de su proyecto a
la monarquía española que financió la expedición. Carlos I necesitaba encontrar
otra vía que le diera la posibilidad de
comerciar con las especias ya que la costa africana estaba en manos de los
portugueses.
El 20 septiembre de 1519 zarparon de Sanlúcar de
Barrameda (Cádiz) 5 naves con 270 hombres, entre ellos Juan Sebastián Elcano,
en busca de la isla de Las Especias hacia el Oeste, tal como trató de encontrar
Colón.
Dirección Sur oeste, llegaron a la Bahía de San
Julián (Patagonia) donde pasaron un duro invierno lleno de conspiraciones y
sublevaciones, además de hambruna, desesperación y pérdida de dos de las cinco
naves.
Atravesaron con grandes complicaciones el estrecho
que les permitió pasar del océano atlántico al océano pacífico. Un mes les costó
atravesarlo, pero la audacia y la pasión hicieron que el viaje continuara
dirección norte llegando a unas islas, denominadas hoy en día Filipinas.
El destino no quiso premiar a Magallanes con el
tiempo suficiente para poder encontrar con lo que hacía 1 año partió de España.
En una de las luchas con los indígenas, cayó herido y murió. Murió con él su
sueño e ilusión. Murió con él su proeza para ser el primero en dar la vuelta al
mundo. Este honor le correspondió a Juan Sebastián Elcano, capitán de una de
las naves, quien completó ese sueño, regresando un 6 de septiembre de 1922 de
nuevo a España.
Una sola nave, la Nao Victoria, dieciocho
supervivientes y un cargamento de especias.
¿No temían a la muerte? ¿Qué les llevaba a tan
peligroso hazaña? ¿Dinero, poder o encontrar su sueño?
La Iglesia dice que la Tierra es plana, pero yo sé
que es redonda porque veo su sombre en la Luna y tengo más fe en la sombra que
en la Iglesia. Hernando de Magallanes (1480-1521).