jueves, 8 de agosto de 2019

¿CÓMO SE ORIENTABAN LOS VIKINGOS?



   Tarde de verano, regresando del final de una larga jornada de trabajo, un pinchazo en la rueda del coche, hizo que conociera algo tan curioso y enigmático como la orientación de los vikingos.

    No me podría imaginar, que esa tarde cansada y agobiada por llegar tan tarde después de horas de medición, iba a tener un relato tan enriquecedor y entretenido por parte del conductor de grúa, un aficionado a la navegación y a la historia ¡qué sorpresa!

    Fue en ese momento cuando supe lo que era el Espato de Islandia: la piedra solar de los vikingos.

   Todos sabemos que los vikingos navegaron, recorrieron y dominaron el atlántico sin conocer la brújula magnética. Los días eran en ocasiones noches perpetuas y los cielos estaban continuamente cubiertos. Con este escenario ¿cómo fueron capaces de recorrer miles de kilómetros en barco surcando el océano?


     Según los últimos estudios realizados, todo fue gracias a la llamada “piedra solar” tal como se relataba en las sagas (relatos mitológicos mezclado con historia real) de los vikingos, aunque hoy en día se sabe que no es ninguna piedra, sino es un mineral llamado Espato de Islandia que cambia de color cuando toca un rayo de sol o reacciona haciendo parecer un punto luminoso en su superficie, ¿magia?, no ciencia.


    Este mineral, calcita, al igual que otros minerales de estas características, es capaz de polarizar la luz y tal como se ha demostrado en la revista 'Proceedings' de la Royal Society de Londres, con este tipo de cristal es posible determinar la posición del sol con precisión y con un margen de error de un grado, incluso al anochecer y en las condiciones meteorológicas más adversas.
         
      Lo fascinante esta piedra se debe al efecto de la polarización. Cuando la luz del sol llega hasta la piedra debido a la estructura cristalina de la calcita se divide en dos. Incluso cuando el Sol está tapado.
               
       ¿Pero cómo usaban este mineral los vikingos?

Aún todavía está en investigación, pero arqueólogos húngaros descubrieron hace 70 años en un convento de Groenlandia del s. XI el disco de Uunartoq, pieza necesaria junto con dos minerales de Espato de Islandia y un palo con los que se podía reproducir un tenue patrón luminoso con el que triangular la posición del sol.



     Todo por encontrar nuevas tierras donde asentarse o simplemente conseguir aquel bien tan preciado. La aventura de descubrir.

Más información:
La «piedra solar», el secreto mágico de los vikingos para descubrir América