Cualquier levantamiento topográfico del interior de un edificio, requiere de un nivel de detalle y precisión que sólo un profesional cualificado y con experiencia puede proporcionar.
A continuación, describiré uno de los trabajos con las características antes mencionadas. En concreto un convento catalogado como edificio histórico del s. XV sin uso en nuestros días, sobre el que se proyectará un hotel.
Formar parte de este proyecto fue fantástico; pensar que nuestros planos servirían de base para dar vida a un edificio abandonado hacía tiempo por las monjas, nos hacía partícipes del renacer de este lugar .
Comenzamos nuestro trabajo desplazándonos a la zona de estudio y
organizando el desarrollo de la toma de datos en campo. Días de verano de sol
a sol que nos esperan, indispensables para medir íntegramente.
Ante nosotros, se erige un edificio de más de 1500 m2 en planta, distribuido en 3 niveles a diferentes alturas, incluyendo otro nivel bajo parcialmente soterrado de menor
superficie.
La distribución en su conjunto se puede resumir de la siguiente forma:
- * Planta
baja y sótano compuestos por la zona de recreo, oración y lugar de reunión de
las mojas: patio central con arcadas, aparcamiento, cementerio privado, iglesia, coro,
comedor, salas de reuniones, cocina comunitaria, despensa y patios interiores
con fuentes. En la parte soterrada, de menor tamaño, se encuentra la zona
de visita y estancia de los familiares de las monjas.
- * Planta primera, compuesta por las instalaciones de un pequeño hospital para los más necesitadas, cocina
privada, celdas de las monjas, biblioteca, salas sin función definida y galería
arcada alrededor del patio central.
*Segunda planta compuesta por salas de usos varios y terrazas exteriores.
En total se tomaron medidas 3500 puntos, unidos por las 63 bases materializadas en cada una de
las zonas y estancias.
La complejidad que existía en esta edificación, no
sólo residía en las irregularidades de los espesores de muros, sino además, en
las múltiples ampliaciones realizadas sin proyecto ni dirección a lo largo de
los siglos; había que medir cada rincón, quiebro,
escaleras, pasillos, pilares y vigas. Un trabajo complejo tanto en campo como en gabinete.
En este tipo de proyecto, los croquis son imprescindibles,
además de llevar una exhaustiva codificación que aclare en todo momento los
datos medidos.
También realizamos los levantamientos y
perfiles longitudinales de fachada en su perímetro. Obsérvese el gran desnivel existente en las calles que lo rodeaban:
Un edificio cargado de emociones vividas por las monjas, los enfermos y sus familiares, ahora desamparado, descuidado y lúgubre.
Ventanas que se abrían y cerraban golpeadas por el
viento, pájaros muertos por falta de comida, encerrados sin saberlo en
alguna habitación húmeda y desierta. Murciélagos acompañándonos en la caída del día y nuestras voces vagando en habitaciones
vacías, huecas, sin vida.
Un riesgo para la salud no conocido pero presente en edificios de estas características es la Leptospirosis, consistente en una infección transmitida por la orina y heces de ratas, ratones, palomas y otros animales que generan un cuadro clínico en las personas contaminadas similar a una gripe, con fiebre alta, escalofríos, sudoración, dolores lumbares y musculares. Cito esto porque desgraciadamente fuimos víctimas de todo ello por la nula ventilación de una de las salas.
Días de verano que formaron parte del renacer de un edificio apagado por el tiempo.