miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL VALOR DE LA PROPIEDAD: LA METÁFORA DEL COCHE Y SUS EXTRAS




   ¿Alguien compraría un coche sin comprobar y asegurarse que todas las características y prestaciones que le venden son correctas? 
      Pues eso es lo que miles, podrían ser perfectamente millones de propietarios de Bienes inmuebles en España, NO hacen cuando realizan la compra o adquisición de esa propiedad.

     Se podría decir que lo comprueban, ya que leen en la nota simple la ocupación y superficie de esa finca situada tal como indican las referencias que se exponen, e incluso aseguran que lo han visto con la ortofoto en la página de la Sede virtual del Catastro. 


      Es verdad, se revisa a través de su Nota Simple en la que se describe que es una finca de X metros cuadrados situada al Norte con "P" al Sur con "J" al Este "H" y al Oeste "L" y a continuación en función de esa información pagan el precio de ésta. Pero ¿es cierto que lo que se expone es físicamente real o existe tal como lo describen?

       Vamos entonces a realizar una sutil comparación con la compra de un coche.

        En primer lugar, cuando queremos comprar un coche vamos al concesionario, elegimos el coche que nos gusta y esperamos a que el comercial se ponga en contacto con nosotros para recogerlo.

Llega ese día y voy al concesionario para llevármelo.


      Me acerco y compruebo que ese coche es de la marca TAL con las prestaciones elegidas con anterioridad: diesel  2.0 TDI motor 150cv, 6 velocidades, color rojo efecto perla y llantas 17”. 

      Abro capó, maletero, compruebo que el interior coincide con asientos deportivos en tapicería “Alcántara” que había escogido y además verifico que los accesorios que el comercial me obsequió el día que nos lo vendió están incluidos. 

      Abro las puertas del coche, me siento y veo el gps navegador y observo que las alfombrillas decoradas de tejido son las acordadas. Perfecto. Tengo mi coche tal como lo elegí. 

       Entonces a partir de ese momento pago y me lo llevo. Y si hubiera algún problema o no me hubiera dado cuenta de algo que había pagado y no está incluido, tengo mi garantía a dos años.

    ¿Sería capaz alguien de negar que no comprueba in situ físicamente, que todo lo que ha comprado, se encuentra en el coche que se va a llevar? 


      Ahora nos encontramos en el caso de un Bien Inmueble Rústico o Urbano (el caso de una reparcelación no delimitada en terreno por ejemplo), con (en algunos casos) una ficha registral "Tal", con nº de folio, etc... y una Referencia Catastral "SSSS".

    Coteja que los metros cuadrados escritos, coinciden con los metros cuadrados que voy a pagar y corresonde a un valor de X€. En bastantes ocasiones, el futuro propietario va al terreno con el actual propietario y éste último, con un movimiento de manos le indica a grosso modo, lo que va a comprar. ¡¡Y nos quedamos tan tranquilos!!


     Es evidente que no conocen el alcance del problema, hasta que llega el día en que este último comprador, quiere construir, vender, vallar, etc … su Bien. Es ahí cuando necesita saber exactamente dónde está y si realmente tiene esos metros cuadrados.
     Nos podemos encontrar que multitud de trabas: no se conocen las lindes correctamente en terreno, no coinciden los metros cuadrados comprados con lo existente, alguien ha vallado antes que yo y la valla ocupa parte de mi parcela, etc ... 

 
    ¿Qué hacer? ¿A quién acudir? ¿Acudimos al Registro? ¿Al Catastro?.¿Quién nos garantiza el bien tangible?

  Una parcela correcta y perfectamente deslindada, georreferenciada y superficiada, evitaría la indeterminación y la inseguridad que actualmente existe en el sistema.

     Se precisa pues, de un cambio de legislación que ampare al propietario estructurando una metodología acorde con lo que actualmente se está demandando: un registro gráfico deslindado y georreferenciado obligatorio de los bienes inmuebles.