Curioseando por mis blogs favoritos me he encontrado, sorprendiéndome gratamente, con una metáfora que me ha parecido fantástica y quisiera compartirla con vosotros.
Se podría explicar más alto, pero no más claro.
Como no quisiera desvirtuar las correctas palabras allí reflejadas, os dejo literalmente el texto.
¿Por qué tener una finca bien deslindada? Alguien imagina una botella de agua sin agua o una caja de galletas sin caja. Lo que vale, sin duda, es el agua o las galletas, pero es la botella o la caja lo que permite a su contenido tener algún valor.
La finca es al dominio, lo que la botella es al agua o la caja a las galletas: el recipiente (el continente) imprescindible para que la propiedad (su contenido) tenga valor. Sin su finca, la propiedad inmobiliaria no puede transmitirse, no puede ser objeto de garantía hipotecaria, no puede ser soporte de responsabilidad patrimonial.
Es preciso tener al dominio envasado en su finca, está claro que esa es una condición mínima de su valor, pero también está claro que el embase de un producto es la imagen del producto y nos habla de su calidad.
Una finca descrita de manera confusa, con linderos personales, superficie aproximada o situación imprecisa, es una caja de galletas con fecha de caducidad vencida, es decir, contiene un producto peligroso. Por eso cuando la finca se encuentra correctamente deslindada y debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad, es cuando esa finca adquiere realmente todo su valor.
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